Hace algún tiempo, mi papá me contó que en una de sus clases en la facultad
de economía, un profesor les hizo una pregunta que marcó mucho su vida. La
pregunta fue sencilla: ¿qué es más importante en un país, sus recursos
naturales o su capital humano? Muchos contestaron que los recursos naturales,
pero el profesor les aclaró que era su capital humano.
Por su puesto, el desconcierto fue general, pues la riqueza para mucha
gente se basa en lo que tienen y dan por descontado que, en realidad es cómo lo
utilizas. El profesor se esclareció poniendo dos países como ejemplo, uno era
Perú, que según él, tenía todos los elementos de la tabla periódica, y el otro
país era Holanda (o Países Bajos, como se le llama actualmente), que siempre ha
estado entre los países más aventajados. Mientras Perú tenía el potencial en
esa época, finales de los 70, no lo había explotado, sin embargo, Holanda es un
país que le ha tenido que ganar tierras al mar para poder tener más territorio,
además de que hoy por hoy sigue siendo uno de los países más ricos del mundo, y
todo gracias a que su inversión mayor está en la educación de sus ciudadanos,
que buscan la solución de problemas nacionales.
Definitivamente que aquí hay muchos puntos involucrados, el primero sería
el tener conciencia como nación de buscarle solución a los problemas. Hablamos
aquí de dejar de pensar como individuo y tener conciencia colectiva, de que
nuestro pensamiento no solo sea "mi dinero", "lo que tengo"
o "lo que soy," sino más bien "nuestra riqueza",
"nuestro patrimonio" o "lo que somos".
Otro aspecto importante vendría siendo la capacidad analítica para definir
el problema y buscar la solución más adecuada. Esto involucra tener gente
preparada para ello y por ende, involucra estar educado.
Desde pequeña, mi meta siempre fue graduarme de la universidad, pues eso
fue lo que mis padres me inculcaron. Mi madre siempre decía "estudien,
porque es lo único que les puedo heredar, ya que plata no tengo", así que
mi futuro estuvo encaminado en la línea de los estudios. Sin embargo, en una
conversación con una compañera en estos días, recordé que para muchas personas
el camino de los estudios termina en la secundaria, pues había que comenzar a
trabajar para generar dinero a la familia.
En este punto vemos, que para estas personas, la educación realmente no
tiene ningún valor, más bien es la obligación que tienen los padres para con
los hijos hasta que alcancen la mayoría de edad. Las ventajas de una buena
educación son desconocidas y/o ignoradas. Aquí es donde hay que cambiar
mentalidades.
Una sentencia que estoy escuchando recurrentemente en los últimos meses por
parte de algunos extranjeros es "ustedes no saben el potencial que
tienen", a lo que me ha tocado decir lamentablemente, "así es".
Observando el internet, en la página de la universidad en la que me gradué,
observé que el costo de toda mi carrera, Ingeniería Civil, sigue siendo el
mismo que cuando egresé, apenas unos $546.90, que dividido en los años de
carrera, representa apenas unos $109.38, por año y por semestre, unos $43.75.
El Ingeniero Civil recién graduado gana unos $800 por mes, así que en un mes se
recupera el valor de la inversión completa de colegiaturas de la carrera
completa, pero esto no termina allí, pues ese es el salario inicial, en unos
años ese salario se puede duplicar y triplicar, claro que esto también involucra
mas estudios y trayectoria en el campo laboral, pero todo esto se traduce en
mas inversion en la educación del individuo.
Esta es la situación de muchas carreras a nivel nacional, dadas por las
casas de estudio del estado, y claro, la remuneración salarial también varia,
pero mi punto aquí es: ¿por qué conformarse con un salario mínimo de $400,
cuando puedes tener el doble si te dedicas a estudiar un poco más, considerando
lo económico de las carreras? Se pierde mucho cuando se tiene una visión corta
y no se ve todo el panorama.
Pero el impacto económico es el resultado más inmediato en la educación,
existen otros más importantes como el impacto social. Gente mejor educada eleva
la calidad del individuo, si bien no a ser mejor persona, a ver desde otro
enfoque los problemas. La educación es un binocular.
Un compañero de trabajo, ex obrero de la construcción y ahora, asistente
administrativo y estudiante de economía, me cuenta todas las semanas acerca de
lo que aprende en sus clases y de cómo cambia su manera de ver sus
oportunidades. Por ejemplo, el decidió poner un puesto eventual de venta de
bebidas en un lugar turístico cerca de su casa. Se dio cuenta que su inversión
inicial se duplica si compra el producto en un lugar determinado; que si el
puesto lo coloca cerca de la venta de algodón de azúcar, tiene mayor éxito, y
por sobre todo, que si invitaba a otras personas a invertir, sus ganancias
aumentaban sin necesidad de arriesgar su capital. Además concluyó que, en un
buen día podía ganar el doble de lo que gana siendo asalariado, pero no por eso
dejaría de tener un trabajo fijo.
Esto es un ejemplo de cómo la educación cambia vidas y no dudo que mi
compañero tendrá mucho éxito en el futuro.
En este punto enfatizo el análisis. Mi compañero llegó a conclusiones que
otras personas en el mismo tipo de negocios de seguro le ha tomado más tiempo
en llegar, es más, mucha gente con tiempo en sus negocios, no entiende por qué
no tienen éxito. El joven del que hablo ha adquirido estos conocimientos en la
universidad, determinar qué tipo de negocio hacer, buscar la ubicación
adecuada, determinar los factores que pueden mejorar su negocio y lo más
importante, determinar el riesgo de invertir. Entonces podemos decir que sus
conocimientos han sido el punto determinando en la toma de sus decisiones.
Un buen análisis debe ir acompañado con el uso de los conocimiento que
adquirimos, y el periodo de tiempo en alcanzarlo se acorta en una casa de
estudios.
Ahora bien, si la capacidad de análisis en un solo individuo le ha generado
beneficios, podemos imaginar los beneficios que podría generar si lo hacemos de
manera colectiva. Si mi compañero se hubiese asociado con una persona que le
diseñara un puesto móvil, otra persona que le diseñara un slogan pegadizo, y
otra más que le creara una ruta de ventas, a lo mejor él sí hubiese renunciado,
pues las ganancias sí le hubiera generado excelentes ingresos. La asociación genera
mayores ganancias, pues un conjunto de personas con el mismo interés producen
un conjunto de conocimientos mayor, y esto lo demuestran las grandes corporaciones.
Ahora, ¿Qué corporación más grande que un país?, ¿tener una asociación con
un fin común, el progreso?, ¿tener un colectivo de personas pensando por el
bien del país, lo cual le logrará grandes ganancias y bienestar general?
Estas son las interrogantes que dejo plasmadas, pues es la inquietud que me
gustaría promover.
Un pueblo educado es un pueblo que progresa.